30 diciembre, 2022

LA HISTORIA DEL CARGO, EL PANTALÓN QUE ESTÁ DE MODA OTRA VEZ

Se distingue por ser una prenda clásica y atemporal que con los años ha perdido su función simbólica y utilitarista.

El pantalón cargo ha sido tendencian en los últimos meses. Su historia viene de la guerra: : se dice que primero lo usó el ejército británico durante la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, hay quienes afirman que antes lo portaron los soldados españoles en la Guerra de Marruecos en 1859. Ese es el debate.

Se trata de un pantalón que usan hombres y mujeres por igual. Su tejido es plano y pesado, con gramaje alto, silueta ancha, bota recta y pretina tradicional. Su característica principal, y que lo diferencia como prenda clásica, son los dos bolsillos grandes a los lados (junto a las rodillas) con tapas para cerrarlos: un elemento que aporta volumen y espacio para guardar objetos.

“Su construcción es compleja, no es básico, pero sí un clásico que perdura en el tiempo por la funcionalidad que tiene. Se sigue ofreciendo para actividades al aire libre, para la pesca, el senderismo”, dice Santiago Útima, diseñador de moda y magíster en artes.

En términos históricos, en el pasado estos dos bolsillos servían para que los militares guardaran mapas, herramientas, linternas y utensilios de trabajo relacionados con la guerra. También hubo quienes guardaban en esta parte del pantalón martillos y pinceles, porque con los años se volvió ropa de trabajo para los artistas.

En los últimos 30 años, el cargo ha tenido dos momentos importantes en la industria. La primera etapa fue entre los años 90 y los principios de 2000 cuando reapareció como una apropiación de ese lenguaje urbano porque la música rap ganaba protagonismo: se relaciona más con la contracultura y la transgresión.

El segundo período es el que vive actualmente: se ha apropiado de una manera más lujosa y más masiva, como es el caso de las firmas Fendi, Prada, Zara o Balmain. Lo usan celebridades como Zendaya, Jennifer Lopez, Kim Kardashian y Rihanna. En el mercado local, un pantalón de estos puede costar alrededor de $250.000.

“Las marcas de lujo nos persuaden para creer que este pantalón es más lujoso, sabiendo que se vende en los lugares especializados en ropa de trabajo”, indica Útima.

Los cambios del pantalón cargo

A esta prenda se le han insertado nuevas cargas simbólicas (y muy fuertes), llevándolo a desvanecer un poco su esencia inicial de trabajo. En la actualidad, de alguna manera, “se ha ido diluyendo ese simbolismo”. Ahora es un producto de consumo. Un ejemplo es cuando no se confecciona en su material original (el drill pesado) y se hace en una tela más liviana o en una seda.

El aspecto de la silueta juega un papel importante y ocurre cuando se confecciona para que sea de una manera ceñida. “Se supone que estos pantalones tenían que ser anchos y amplios para que fueran cómodos para la guerra u otros oficios que tuvieran que ver con el trabajo pesado por lo funcional de sus bolsillos”.

Cuando sufren este tipo de modificaciones, esa esencia de lo cómodo se comienza a perder. El lenguaje de confección es clave, porque “estas prendas para poder ser funcionales tenían que ser confeccionadas de una manera muy industrial, así como se confecciona el jeanswear y la ropa de trabajo”.

Se convirtió en un pantalón para dar el aspecto de utilitario y no para que sea realmente útil. “Se puede prestar para lograr un look muy militar o uno muy de la contracultura de los 90 que ya son retro en esta época, o simbólicamente remitir a esa idea del trabajador, hay unas marcas con esa sensación de ropa de trabajo desde la estética”.

Entendiendo este contexto de cambios a partir de decisiones basadas en el material, la silueta y la confección, el pantalón cargo se puede ver hoy como una prenda de lujo o más deportiva, y no guerrerista, como fue diseñado en su origen.

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