- ¿Y si a través de este medio hacemos un tendedero de acosadores potosinos? ¿te sumas?
Si tú también eres mujer déjame iniciar con esta pregunta, de la cual estoy casi segura de la respuesta y es que ¿quién no ha vivido acoso, hostigamiento o discriminación laboral?, yo la he vivido.
Este conjunto de palabras en la actualidad toman fuerza y son visibilizadas por los movimientos feministas, porque es un hecho que al ser mujeres hemos sido víctimas de abusos y discriminación, sustentadas en los estereotipos y en la existencia de relaciones desiguales de poder entre mujeres y hombres, las cuales reproducen estructuras patriarcales y machistas del sometimiento.
Esta situación debe de ser erradicada y visibilizada tanto en el ámbito laborar privado, como en la función pública, si hablamos que el Estado está obligado a prevenir , atender, sancionar y erradicar toda forma de violencia y discriminación contra las mujeres y niñas, siendo un mandato constitucional y un compromiso internacional de Derechos Humanos, entonces debemos cuestionarnos ¿por qué seguimos teniendo ambientes laborales llenos de acosadores y misóginos? es que querida lectora tan solo basta cuestionarnos ¿cuántos Leonel Serrato habrá ocupando puestos de poder? recordemos que este famoso personaje político, cuenta con varias denuncias y señalamientos por misoginia y violencia, echemos en cara su leguaje agresivo que ejerció en contra de la ex diputada Rebeca Terán, además de las actitudes groseras hacia una reportera y sus expresiones, sin tacto, hacia el físico de una ex magistrada, dejando en claro su excesivo odio por las mujeres. Siendo estas conductas exhibidas de forma pública.
Es lamentable que personas como Leonel Serrato estén en la función pública y en la iniciativa privada; individuos que hacen uso de sus privilegios para coaccionar las voluntades y denigrar en su mayoría a las mujeres que se encuentran como subordinadas.
Y es que querida lectora, déjeme decirle que la violencia laboral existe y comienza con comportamientos “raros”, atenciones especiales, te realizan promesas laborales, coaccionan tu salario y te dejan poco a poco en un espacio de vulnerabilidad, en un laberinto sin salida, porque si “levantas la voz” es obvio que serás víctima de la molestia de tu violentador, al ver herido su ego, pero realmente ¿seguir calladas es una opción?
Y es que pareciera que nuestros contextos tanto familiares y sociales nos han preparado para soportar este tipo de acciones, nos han educado para pensar que los puestos de poder y en general el reconocimiento femenino se logra a base de un intercambio sexual y no es así, el conocimiento y la preparación son aptitudes suficientes para ser reconocidas; y quien no ha escuchado la famosísima frase “calladita te ves más bonita”, pues déjeme decirle querida lectora que eso es falso, calladita no te ves más bonita, ¿y si ejercemos cero tolerancias y los denunciamos?
Hay que alzar nuestra voz, no tener miedo a cambiar los prejuicios. ¿y si a través de este medio hacemos un tendedero de acosadores potosinos? ¿te sumas?
