En su última conferencia de resultados trimestrales, Elon Musk resaltó que las acciones encaminadas a incrementar sus niveles de unidades ensambladas era algo que estaba pensando «con mucho cuidado”.
Esta mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que, tras una videollamada sostenida con Elon Musk, dueño de Tesla, la nueva fábrica de la compañía será instalada en la entidad.
El presidente Andrés Manuel López Obrador había dicho que Nuevo León, cerca de la frontera con Estados Unidos, e Hidalgo, en el centro del país, eran los dos estados que lideran la carrera por la codiciada inversión.
Pero en la última semana, el gobierno parece haber intentado inclinar la balanza en favor de Hidalgo, un estado gobernado por el partido de López Obrador y ubicado cerca a uno de los proyectos más emblemáticos del mandatario: el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
“Van bien las cosas. Platicamos ayer con el señor Elon Musk, director de Tesla. Hay ya un entendimiento. Sí van a dedicar la inversión a México y se va a establecer la planta en Monterrey, con una serie de compromisos para enfrentar el problema de la escasez de agua”, dijo López Obrador.
La semana pasada, el mandatario dijo que negaría a la compañía los permisos para acceder a agua si decidía instalarse en el norte del país, donde el agua es escasa.
Eso pone a la compañía con sede en Austin -y a cualquier otro inversionista importante que busque construir fábricas en México- a merced de las fuerzas políticas dictadas, principalmente, por López Obrador.
Tesla dependerá del Gobierno para acceder no solo al agua sino también al suministro eléctrico de México.