“Querida Evelyn:
La noche de ayer hiciste un pedido grande, por el cual no pasaste. Bloqueaste nuestros números en tu celular cuando intentamos contactar. Dicho pedido usó mucha producción en cocina y con ello también se generó una pérdida económica por el pago que no llegó.
Nuestra frase es y seguirá siendo “EL ÉXITO ES AQUÍ” por ello solo nos queda desearte éxito a pesar de tu mala acción de la noche. Éxito para que no repitas eso en otros negocios o restaurantes, pues las malas acciones al final recaen sobre la persona que las realiza. Si bien lo que hiciste nos generó una perdida, también nos dio una noche amena, pues conocimos al señor Fernando, un hombre cuyas acciones llaman al éxito.
Verás, cuando estábamos buscando que hacer para que dicho pedido no se perdiera antes del cierre, el señor Fernando tocó nuestras puertas para ver si había algo en que pudiera apoyarnos durante la noche o por la mañana del día de hoy. El cómo muchas personas, se encuentra en una situación en donde busca llevar un pan a casa, pues en estos momentos debe sacar adelante a sus dos nietos. Don Fernando ya tiene un trabajo; sin embargo, acaba de empezar y su pago aún no llega. A eso se le agrega que no llevo comida en todo el día a su hogar por lo que buscaba la forma de llevar algo para que sus nietos cenaran. Sin dudarlo le ofrecimos tu pedido a él, quien nos agradeció y se ofreció a dejar su celular en el restaurante mientras conseguía el dinero para pagar por el pedido, cosa a la cual nos negamos.
Le ofrecimos un platillo express y una bebida para que descansara un poco de su día pesado. No te imaginas su gran sonrisa, pues no solo llevaba en tu pedido algo para cenar, sino también algo para desayunar y comer. La noche de don Fernando fue un ÉXITO y por lo que resta del mes su comida y la de sus nietos va de nuestra parte.
No hay resentimiento Evelyn, pues la sonrisa que vimos ayer nos recordó la razón de nuestra frase y solo nos queda decirte: EL ÉXITO ES AQUÍ”.