- El Presidente Municipal Enrique Galindo supervisó la obra junto al Delegado del INAH en el estado; en conjunto, se analizan las alternativas para preservar los vestigios arqueológicos de épocas anteriores en la Calzada de Guadalupe.
La mañana de este martes, el Alcalde Enrique Galindo Ceballos hizo un recorrido de supervisión de la obra de rehabilitación del “Paseo Esmeralda”, en el Centro Histórico de San Luis Capital, acompañado del Delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Hugo Cotonieto Santeliz. El Presidente Municipal de la Capital informó que tras el hallazgo de vestigios arqueológicos, el acompañamiento del INAH ha sido fundamental porque, mientras se analiza la conservación, la obra sigue avanzando conforme a los plazos programados.
El Presidente Municipal Enrique Galindo mencionó que desde el inicio, la obra ha estado acompañada de un antropólogo y de un arqueólogo, descubridores de las huellas del pasado histórico de la ciudad: “Nos dicen que no solo es una etapa de la historia de San Luis, hay por lo menos dos capas de historias diferentes. El antropólogo nos está guiando, la obra no se va a detener, pero estamos haciendo ajustes con las recomendaciones que el INAH nos da”, precisó.
El Alcalde Enrique Galindo Ceballos señaló que hay una buena coordinación con el INAH: “En todos los proyectos que requieren alterar el espacio urbano histórico siempre ha sido considerado por el INAH, nos hemos coordinado bien y respetamos mucho su tarea porque es preservar la historia de San Luis Potosí”.
En lo relativo a la inquietud de algunos comerciantes y vecinos de la zona, el Jefe del Gobierno de la Capital señaló que ha estado en diálogo con ellos, acordando que serán informados puntualmente de las acciones de conservación y preservación de los vestigios.
Cuestionado sobre lo que significan estos hallazgos, el Delegado del INAH, Hugo Cotonieto Santeliz, precisó que se encontraron pisos de piedra que corresponden a dos etapas distintas: una que muy probablemente data de finales del siglo XVII, que pudo haber compartido espacio y tiempo en el que fuera el Templo de La Merced. La otra dijo que es posterior, porque el piso está encima del anterior empedrado, que tiene incluso otros diseños y otro acabado: “Muy probablemente corresponde a la época del Porfiriato, con otra etapa del trazo de la ciudad y del embellecimiento de las calles”, indicó.
Hugo Cotonieto Santeliz añadió que se está analizando con detenimiento la mejor decisión para planear la conservación de los vestigios que valen mucho la pena, buscando el equilibrio entre la conservación y la funcionalidad. “Definir que el tratamiento y manejo de los adoquines que van a ir encima del vestigio, permitan transitar a peatones y autos a partir de criterios arqueológicos, históricos y técnicos, considerando la propia dinámica de la zona”, expuso el Delegado del INAH.
Cotonieto Santeliz señaló que se podría considerar la instalación de “ventanas arqueológicas” para que sirvan como testigo de la historia, y que el transeúnte pueda apreciarlo. “Estamos planeando también hacer cédulas informativas, placas que ofrezcan el contenido histórico importante”, remarcó.